Renaceré en Buenos Aires en otra tarde de junio
con esas ganas tremendas de querer y de vivir.
Renaceré fatalmente, será el año 3001
y habrá un domingo de otoño por la Plaza San Martín.
Le ladrarán a mi sombra los perritos vagabundos,
con mi modesto equipage llegaré del más allá
y arrodillada en mi Río de la Plata lindo y sucio,
me amasaré otro incansable corazón de barro y sal
y vendrán tres l***rabotas, tres payasos y tres brujos,
mis inmortales compinches gritándome!fuerza ché!
Nacé, nacé, dale vida, metéle hermano que es duro
pero muy bueno el oficio de morir y renacer.
Renaceré, renaceré, renaceré,
y una gran voz extraterrestre me dará la fuerza antigua
y dolorosa de la fé para volver, para creer, para luchar.
Tendré un clavel de otro planeta en el ojal,
porque si nadie ha renacido, yo podré.
Mi Buenos Aires, siglo treinta, ya verás,
renaceré, renaceré, renaceré.
Renaceré de las cosas que he querido mucho, mucho,
cuando los dioses de casa digan bajito "volvió",
yo besaré la memoria de tus ojos taciturnos
para seguirte el poema que a medio hacer me quedó,
renaceré en las frutas de un mercado con laburo
y de la mugre serena de un romántico café,
de un sideral subterráneo, Plaza de Mayo a Saturno
y de una bronca de obreros en el sur, renaceré,
pero verás que renazco en el año 3001
y con muchachos y chicas, que no han sido y que serán,
bendeciremos la tierra, tierra nuestra y te lo juro
que a Buenos Aires de nuevo nos pondremos a fundar.
Renaceré...
con esas ganas tremendas de querer y de vivir.
Renaceré fatalmente, será el año 3001
y habrá un domingo de otoño por la Plaza San Martín.
Le ladrarán a mi sombra los perritos vagabundos,
con mi modesto equipage llegaré del más allá
y arrodillada en mi Río de la Plata lindo y sucio,
me amasaré otro incansable corazón de barro y sal
y vendrán tres l***rabotas, tres payasos y tres brujos,
mis inmortales compinches gritándome!fuerza ché!
Nacé, nacé, dale vida, metéle hermano que es duro
pero muy bueno el oficio de morir y renacer.
Renaceré, renaceré, renaceré,
y una gran voz extraterrestre me dará la fuerza antigua
y dolorosa de la fé para volver, para creer, para luchar.
Tendré un clavel de otro planeta en el ojal,
porque si nadie ha renacido, yo podré.
Mi Buenos Aires, siglo treinta, ya verás,
renaceré, renaceré, renaceré.
Renaceré de las cosas que he querido mucho, mucho,
cuando los dioses de casa digan bajito "volvió",
yo besaré la memoria de tus ojos taciturnos
para seguirte el poema que a medio hacer me quedó,
renaceré en las frutas de un mercado con laburo
y de la mugre serena de un romántico café,
de un sideral subterráneo, Plaza de Mayo a Saturno
y de una bronca de obreros en el sur, renaceré,
pero verás que renazco en el año 3001
y con muchachos y chicas, que no han sido y que serán,
bendeciremos la tierra, tierra nuestra y te lo juro
que a Buenos Aires de nuevo nos pondremos a fundar.
Renaceré...