Sólo soy una cantante.
Cuando bajan el telón
mi falda de brillantes
vuelve al fondo de un cajón.
Más débil que bastantes,
aprendiz como el que más,
siempre me he ganado
lo que me han pagado.
Nunca me he creído
a salvo del olvido
desde que empecé a cantar.
Sólo soy una cantante
vulnerable como tú,
muchas veces, sombra,
y algunas veces, luz.
No tengo más ambiciones
que tocarte el corazón.
Mi garganta no es
nada sin tu piel,
pero soy feliz
si tú estás allí
compartiendo mi canción.
Sólo soy una cantante
empeñada en construir
con versos asonantes
la canción del porvenir.
De la furgo al camerino,
del micrófono al hotel,
de este juego absurdo
conseguí aprender.
¿Qué es más importante
que ser buen cantante,
ser persona y ser mujer?
Sólo soy una cantante
insegura como tú.
También existe el norte
aunque queme más el sur.
Hermana de la lluvia
que empapaba mi niñez,
antes que a pisar,
aprendí a volar.
Tuve que apostar
y, para ganar,
aprendí a saber perder.
Sólo soy una cantante,
una chica que escapó
huyendo hacia adelante
de las trampas del amor.
Me curo las heridas
con aplausos, risa y pan.
Cada vez que quiero
tirar la toalla,
hay un compañero
que me dice: "Amaya,
no te dejes derrotar".
Sólo soy una cantante
vacilante como tú,
un circo itinerante
que viaja en autobús.
Pero si lo que buscas
es robarme el corazón,
aunque esté la puerta
de mi casa abierta,
anda con cuidado:
tengo reservado
el derecho de admisión.
Sólo soy una cantante.
Cuando bajan el telón
mi falda de brillantes
vuelve al fondo de un cajón.
De la furgo al camerino,
del micrófono al hotel,
de este juego absurdo
conseguí aprender.
¿Qué es más importante
que ser buen cantante,
ser persona y ser mujer?
Cuando bajan el telón
mi falda de brillantes
vuelve al fondo de un cajón.
Más débil que bastantes,
aprendiz como el que más,
siempre me he ganado
lo que me han pagado.
Nunca me he creído
a salvo del olvido
desde que empecé a cantar.
Sólo soy una cantante
vulnerable como tú,
muchas veces, sombra,
y algunas veces, luz.
No tengo más ambiciones
que tocarte el corazón.
Mi garganta no es
nada sin tu piel,
pero soy feliz
si tú estás allí
compartiendo mi canción.
Sólo soy una cantante
empeñada en construir
con versos asonantes
la canción del porvenir.
De la furgo al camerino,
del micrófono al hotel,
de este juego absurdo
conseguí aprender.
¿Qué es más importante
que ser buen cantante,
ser persona y ser mujer?
Sólo soy una cantante
insegura como tú.
También existe el norte
aunque queme más el sur.
Hermana de la lluvia
que empapaba mi niñez,
antes que a pisar,
aprendí a volar.
Tuve que apostar
y, para ganar,
aprendí a saber perder.
Sólo soy una cantante,
una chica que escapó
huyendo hacia adelante
de las trampas del amor.
Me curo las heridas
con aplausos, risa y pan.
Cada vez que quiero
tirar la toalla,
hay un compañero
que me dice: "Amaya,
no te dejes derrotar".
Sólo soy una cantante
vacilante como tú,
un circo itinerante
que viaja en autobús.
Pero si lo que buscas
es robarme el corazón,
aunque esté la puerta
de mi casa abierta,
anda con cuidado:
tengo reservado
el derecho de admisión.
Sólo soy una cantante.
Cuando bajan el telón
mi falda de brillantes
vuelve al fondo de un cajón.
De la furgo al camerino,
del micrófono al hotel,
de este juego absurdo
conseguí aprender.
¿Qué es más importante
que ser buen cantante,
ser persona y ser mujer?