Con todas las maneras de acostumbrarse
a vivir del pasado y de los recuerdos
con la sonrisa incierta como estandarte
y todo el sol de Cuba por su cabello.
Con esa forma suya de no quererse
de abandonarse al flujo de las mareas
el ala ya sin cielo de no atreverse
y el aire del caribe para su acera.
¡Uruguaya! Te llegará el invierno
que no mate el retoño que ha nacido adentro
¡Dale tu voz, dale tu piel, tu alma
para que no marchite tus entrañas!
¡Uruguaya! Que la desesperanza no encuentre
tibio un lecho donde esperar el alba.
La veo ir y volver bordoneando el puerto
hasta ceder su ruido al de los motores
al tacto del asfalto perdió la huella
jamás sabrá a quien huye y de que se esconde.
La veo ir y volver y la envuelve el humo
hundiéndose en el hueco que deja al aire
con esa forma suya de no atreverse
con ese modo suyo de acostumbrarse.
a vivir del pasado y de los recuerdos
con la sonrisa incierta como estandarte
y todo el sol de Cuba por su cabello.
Con esa forma suya de no quererse
de abandonarse al flujo de las mareas
el ala ya sin cielo de no atreverse
y el aire del caribe para su acera.
¡Uruguaya! Te llegará el invierno
que no mate el retoño que ha nacido adentro
¡Dale tu voz, dale tu piel, tu alma
para que no marchite tus entrañas!
¡Uruguaya! Que la desesperanza no encuentre
tibio un lecho donde esperar el alba.
La veo ir y volver bordoneando el puerto
hasta ceder su ruido al de los motores
al tacto del asfalto perdió la huella
jamás sabrá a quien huye y de que se esconde.
La veo ir y volver y la envuelve el humo
hundiéndose en el hueco que deja al aire
con esa forma suya de no atreverse
con ese modo suyo de acostumbrarse.