José Alfredo JIménez (México)
Ya estás tejiendo la red como en aquella mañana
en que te di mi querer cuando te vi en la ventana.
Muy tarde vine a saber que te llamaban la araña.
Cuando se empieza a adorar sin conocer el destino
es necesario llevar muchas botellas de vino
porque se empieza a llorar a la mitad del camino.
Hoy comprendo que por eso me entregaste tu hermosura
y me diste en cada beso tu ponzoña con dulzura.
Ya estás tejiendo la red con la sonrisa en los labios,
crees que porque eres mujer tienes el mundo en tus manos,
nos volveremos a ver dentro de diez calendarios.
Cuando te envuelva el dolor yo llegaré una mañana
a platicarte de amor como si fueras mi hermana,
quiero oir en tu voz quién fue el amor de la araña.
Hoy comprendo que por eso me entregaste tu hermosura
y me diste en cada copa tu ponzoña con dulzura.
Ya estás tejiendo la red como en aquella mañana
en que te di mi querer cuando te vi en la ventana.
Muy tarde vine a saber que te llamaban la araña.
Cuando se empieza a adorar sin conocer el destino
es necesario llevar muchas botellas de vino
porque se empieza a llorar a la mitad del camino.
Hoy comprendo que por eso me entregaste tu hermosura
y me diste en cada beso tu ponzoña con dulzura.
Ya estás tejiendo la red con la sonrisa en los labios,
crees que porque eres mujer tienes el mundo en tus manos,
nos volveremos a ver dentro de diez calendarios.
Cuando te envuelva el dolor yo llegaré una mañana
a platicarte de amor como si fueras mi hermana,
quiero oir en tu voz quién fue el amor de la araña.
Hoy comprendo que por eso me entregaste tu hermosura
y me diste en cada copa tu ponzoña con dulzura.