Me cansé de rogarle, me cansé de decirle
que yo sin ella de penas muero;
Ya no quiso escucharme, si sus labios se abrieron
fue p'a decirme: ya no te quiero.
Yo sentí que mi vida se perdía en un abismo
profundo y negro como mi suerte.
Quise hallar el olvido al estilo Jalisco,
pero aquellos mariachis
y aquel tequila me hicieron llorar.
Me cansé de rogarle; con el llanto en los ojos
alcé la copa y brindé por ella,
no podía despreciarme, si era el último brindis
de un bohemio por una reina.
Los mariachis callaron; de mi mano sin fuerza
cayó mi copa sin darme cuenta;
ella quiso quedarse cuando vio mi tristeza,
pero ya estaba escrito
que aquella noche perdiera su amor.
que yo sin ella de penas muero;
Ya no quiso escucharme, si sus labios se abrieron
fue p'a decirme: ya no te quiero.
Yo sentí que mi vida se perdía en un abismo
profundo y negro como mi suerte.
Quise hallar el olvido al estilo Jalisco,
pero aquellos mariachis
y aquel tequila me hicieron llorar.
Me cansé de rogarle; con el llanto en los ojos
alcé la copa y brindé por ella,
no podía despreciarme, si era el último brindis
de un bohemio por una reina.
Los mariachis callaron; de mi mano sin fuerza
cayó mi copa sin darme cuenta;
ella quiso quedarse cuando vio mi tristeza,
pero ya estaba escrito
que aquella noche perdiera su amor.