Amo toda tu figura, modelo de lo increíble, belleza y virtud en una.
Tu soltura al perdonar, no dejas morir a nadie y vas sembrándonos ilusiones,
tú no sabes lo que causas, creo que aun no te has dado cuenta;
haces que la gente agradezca tu existencia.
Te amo, más que a un nuevo mundo, más que a un día perfecto,
más que a un suave vino, más que a un largo sueño,
más que a la balada de un niño cantando,
más que a mi música, más que a mis años,
más que a mis tristezas, más que a mis quehaceres,
más que a mis impulsos, más que a mis placeres,
más que a nuestro juego preferido,
más aun que esto te amo.
Amo toda tu persona, parábola de la vida, poderosa cenicienta.
Tu destreza para amarnos, no olvidas dolor de nadie y te desvives por alegrarnos,
no has notado lo que eres y me aterra que lo notes;
haces que las rosas se peleen por ser tu broche.
Te amo, más que a un nuevo mundo, más que a un día perfecto,
más que a un suave vino, más que a un largo sueño,
más que a la balada de un niño cantando,
más que a mi música, más que a mis años,
más que a mis tristezas, más que a mis quehaceres,
más que a mis impulsos, más que a mis placeres,
más que a nuestro juego preferido,
más aun que esto te amo.
Más que un largo viaje, más que a un rubio campo,
más que a un viejo amigo, más que a cualquier santo,
más que a tu pureza adornada de errores,
más que a tu tenacidad que no se rompe,
más que a tu alegría, más que a tus colores,
más que a tu sensualidad que crees que escondes,
más que a nuestro beso primero,
más aun que esto te amo,
más que a nuestro beso primero,
más aun que esto te amo,
más que a nuestro beso primero,
más aun que esto; te amo más que a nuestra mágica noche de bodas,
más aun que esto te amo (te amo, te amo),
te amo.
Tu soltura al perdonar, no dejas morir a nadie y vas sembrándonos ilusiones,
tú no sabes lo que causas, creo que aun no te has dado cuenta;
haces que la gente agradezca tu existencia.
Te amo, más que a un nuevo mundo, más que a un día perfecto,
más que a un suave vino, más que a un largo sueño,
más que a la balada de un niño cantando,
más que a mi música, más que a mis años,
más que a mis tristezas, más que a mis quehaceres,
más que a mis impulsos, más que a mis placeres,
más que a nuestro juego preferido,
más aun que esto te amo.
Amo toda tu persona, parábola de la vida, poderosa cenicienta.
Tu destreza para amarnos, no olvidas dolor de nadie y te desvives por alegrarnos,
no has notado lo que eres y me aterra que lo notes;
haces que las rosas se peleen por ser tu broche.
Te amo, más que a un nuevo mundo, más que a un día perfecto,
más que a un suave vino, más que a un largo sueño,
más que a la balada de un niño cantando,
más que a mi música, más que a mis años,
más que a mis tristezas, más que a mis quehaceres,
más que a mis impulsos, más que a mis placeres,
más que a nuestro juego preferido,
más aun que esto te amo.
Más que un largo viaje, más que a un rubio campo,
más que a un viejo amigo, más que a cualquier santo,
más que a tu pureza adornada de errores,
más que a tu tenacidad que no se rompe,
más que a tu alegría, más que a tus colores,
más que a tu sensualidad que crees que escondes,
más que a nuestro beso primero,
más aun que esto te amo,
más que a nuestro beso primero,
más aun que esto te amo,
más que a nuestro beso primero,
más aun que esto; te amo más que a nuestra mágica noche de bodas,
más aun que esto te amo (te amo, te amo),
te amo.