Levanta la frente
Tango 1936
Música: Agustín Magaldi
Letra: Antonio Nápoli
Levanta la frente. No escondas la cara.
Enjuga tus lágrimas, échate a reír.
No tengas vergüenza, a tu rostro aclara;
¿por qué tanta pena?, ¿por qué tal sufrir?
Ya sé que tu falta será para el mundo
escándalo, risa, placer o baldón;
mas yo soy tu hermano, y al ser juez me fundo
según los dictados que da el corazón.
No es falta la falta de dar luz a un niño:
la ley de dar frutos es ley de la flor...
No peca quien brinda la fe del cariño,
ni es crimen el darse y confiada al amor.
Malvado es el hombre que infiere la ofensa;
infame es el hombre que bebe y se va,
y deja en la fuente, la flor y no piensa,
no piensa siquiera que un ser nacerá.
Acércate, hermana; no llores, no temas;
la ley de ser madre es ley natural;
las madres son diosas con santas diademas,
ya c**plan o violen la norma legal.
La madre casada, la madre soltera...
son todas iguales: son una, no dos;
lo nieguen las leyes, lo niegue quien quiera,
¡son todas iguales delante de Dios!
¡No llores, hermana!... Ya ves... te comprendo.
De nada te c**po, mi afecto te doy;
mi casa, mis brazos, mis puños te ofrendo;
del hijo que traes cual padre ya soy.
No temas, hermana; tendrás mis ahorros,
tendrás todo aquello que aquí dentro ves...
Tu buena cuñada me dio dos cachorros;
de cuenta haré, hermana, que ya tengo tres.
Tango 1936
Música: Agustín Magaldi
Letra: Antonio Nápoli
Levanta la frente. No escondas la cara.
Enjuga tus lágrimas, échate a reír.
No tengas vergüenza, a tu rostro aclara;
¿por qué tanta pena?, ¿por qué tal sufrir?
Ya sé que tu falta será para el mundo
escándalo, risa, placer o baldón;
mas yo soy tu hermano, y al ser juez me fundo
según los dictados que da el corazón.
No es falta la falta de dar luz a un niño:
la ley de dar frutos es ley de la flor...
No peca quien brinda la fe del cariño,
ni es crimen el darse y confiada al amor.
Malvado es el hombre que infiere la ofensa;
infame es el hombre que bebe y se va,
y deja en la fuente, la flor y no piensa,
no piensa siquiera que un ser nacerá.
Acércate, hermana; no llores, no temas;
la ley de ser madre es ley natural;
las madres son diosas con santas diademas,
ya c**plan o violen la norma legal.
La madre casada, la madre soltera...
son todas iguales: son una, no dos;
lo nieguen las leyes, lo niegue quien quiera,
¡son todas iguales delante de Dios!
¡No llores, hermana!... Ya ves... te comprendo.
De nada te c**po, mi afecto te doy;
mi casa, mis brazos, mis puños te ofrendo;
del hijo que traes cual padre ya soy.
No temas, hermana; tendrás mis ahorros,
tendrás todo aquello que aquí dentro ves...
Tu buena cuñada me dio dos cachorros;
de cuenta haré, hermana, que ya tengo tres.