Este es el comienzo de mi viaje
Es el final de mi camino
No llevo prisa ni equipaje
Solo cenizas en el mar
De este remendado corazón
Para viajar
Navegar siempre navegar
Sobre el cielo azul
Tan fugaz todo es tan fugaz
Vieja juventud
Será mi piel el viento sur
Mi nombre, será tierra y nada más
Mi sangre sol, tu llanto luz
Semillas de la ingenua eternidad
Cuando las campanas de la vieja catedral
Hablen de las huellas de mi eterna soledad
Todo habrá sido sólo un instante
De fulgurante y triste oropel
Si el dolor se adueña del momento de partir
Llevo contraseñas escondites para mí
Donde gritarle a la muerte ciega
Todas las cosas que yo le robé
Guardo para soltarle y empañarle
La victoria
Balas atropelladas
Un minuto de memoria
Todas mis madrugadas
Nueve lunas, mil botellas
Una muchacha pobre
Que un día fue mi doncella
El patio de mi infancia
Mi ventana, todo el cielo
Las manos de mi padre
Protegiéndome del mundo entero
Solo esperando mi tren
Me arrancan de mi camino
Mi sombra quemándose
Gota por gota
Pálida
Única
El miedo de la nada
La esperanza de un sendero
La sangre de mi sangre
Despidiéndome del mundo entero
Amigos con el alma buena y el abrazo cálido
Amores de miradas limpias y de sueños ávidos
Millones de carcajadas empapadas de alcohol
Canciones a quemarropa derrotando al dolor
Segundos de felicidad y tres o cuatro lágrimas
Sobrevivientes, náufragos, inquilinos
Somos la sombra heroica de lo que fuimos
Fuimos peleando tercos como pudimos
Esta batalla inútil contra el destino
Llevo un juramento sin jurar
Llevo una oración sin terminar
El dolor de no ser nada más
Y mi testamento sin firmar
Nada tuve, nada dejé
Mi pobreza ya me la gasté
Si hoy tengo una flor en el ojal
Es para dejarla en el final
Es el final de mi camino
No llevo prisa ni equipaje
Solo cenizas en el mar
De este remendado corazón
Para viajar
Navegar siempre navegar
Sobre el cielo azul
Tan fugaz todo es tan fugaz
Vieja juventud
Será mi piel el viento sur
Mi nombre, será tierra y nada más
Mi sangre sol, tu llanto luz
Semillas de la ingenua eternidad
Cuando las campanas de la vieja catedral
Hablen de las huellas de mi eterna soledad
Todo habrá sido sólo un instante
De fulgurante y triste oropel
Si el dolor se adueña del momento de partir
Llevo contraseñas escondites para mí
Donde gritarle a la muerte ciega
Todas las cosas que yo le robé
Guardo para soltarle y empañarle
La victoria
Balas atropelladas
Un minuto de memoria
Todas mis madrugadas
Nueve lunas, mil botellas
Una muchacha pobre
Que un día fue mi doncella
El patio de mi infancia
Mi ventana, todo el cielo
Las manos de mi padre
Protegiéndome del mundo entero
Solo esperando mi tren
Me arrancan de mi camino
Mi sombra quemándose
Gota por gota
Pálida
Única
El miedo de la nada
La esperanza de un sendero
La sangre de mi sangre
Despidiéndome del mundo entero
Amigos con el alma buena y el abrazo cálido
Amores de miradas limpias y de sueños ávidos
Millones de carcajadas empapadas de alcohol
Canciones a quemarropa derrotando al dolor
Segundos de felicidad y tres o cuatro lágrimas
Sobrevivientes, náufragos, inquilinos
Somos la sombra heroica de lo que fuimos
Fuimos peleando tercos como pudimos
Esta batalla inútil contra el destino
Llevo un juramento sin jurar
Llevo una oración sin terminar
El dolor de no ser nada más
Y mi testamento sin firmar
Nada tuve, nada dejé
Mi pobreza ya me la gasté
Si hoy tengo una flor en el ojal
Es para dejarla en el final