Con el rostro de dolor por tu existencia pasiva,
contemplas con terror al extraño que te mira.
Inhibido en un rincón, tus ojos grises, inertes,
has dejado de luchar, y ahora esperas a la muerte.
Esa es la naturaleza, que enseñáis a los críos,
animales trastornados, torturados, muertos vivos.
Y ni rejas de color, ni espectáculos ni cuentos
¿cómo podéis disfrutar con todo ese sufrimiento?
(Y espero llegue algún día en que el mundo entenderá
que también ellos merecen empatía y dignidad.
Todo lo que presumimos pierde toda su verdad
mientras ciegos asumimos nuestra superioridad.)
El placer, la educación o la sonrisa de un niño
no pueden justificar la crueldad y el exterminio.
contemplas con terror al extraño que te mira.
Inhibido en un rincón, tus ojos grises, inertes,
has dejado de luchar, y ahora esperas a la muerte.
Esa es la naturaleza, que enseñáis a los críos,
animales trastornados, torturados, muertos vivos.
Y ni rejas de color, ni espectáculos ni cuentos
¿cómo podéis disfrutar con todo ese sufrimiento?
(Y espero llegue algún día en que el mundo entenderá
que también ellos merecen empatía y dignidad.
Todo lo que presumimos pierde toda su verdad
mientras ciegos asumimos nuestra superioridad.)
El placer, la educación o la sonrisa de un niño
no pueden justificar la crueldad y el exterminio.