Al fin se fue todo el dolor, desperté ya sin ti;
ya dejó de llover, lágrimas en mi espalda;
y el alma ya no tiembla otra vez.
Ya pasó, se acabó;
ya no duele pensar en tus labios,
no importa el daño ni la soledad.
Nunca más...
Cerré la herida y aunque tuve miedo,
aprendí a vivir sin ti;
y se asoma el recuerdo, lo entierro en mi cama;
nada queda que recordar.
Terminó, se alejó;
hoy no hay huellas de aquella tormenta,
y me di cuenta que sigue la vida;
tan solo aquí terminas tú.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de faltar el aire sin aliento, darle fin a esta locura;
a pesar del viento frío y del silencio junto a mí,
ahora me siento más viva.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de que vale darle el susto al corazón cuando amanece,
de qué sirve abrir la herida y enfrentarme un día más,
para marcharte sin despedida.
Cerré la herida y aunque tuve miedo,
aprendí a vivir sin ti;
y se asoma el recuerdo, lo entierro en mi cama;
nada queda que recordar.
Terminó, se alejó;
hoy no hay huellas de aquella tormenta,
y me di cuenta que sigue la vida;
tan solo aquí terminas tú.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de faltar el aire sin aliento, darle fin a esta locura;
a pesar del viento frío y del silencio junto a mí,
ahora me siento más viva.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de que vale darle el susto al corazón cuando amanece,
de qué sirve abrir la herida y enfrentarme un día más,
para marchar sin despedida.
Me olvidé de tí, de que no estas y que otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de faltar el aire sin aliento, darle fin a esta locura;
a pesar del viento frío y del silencio junto a mí,
ahora me siento más viva.
Me olvidé de tí, de que no estas y que otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de que vale darle el susto al corazón cuando amanece...
ya dejó de llover, lágrimas en mi espalda;
y el alma ya no tiembla otra vez.
Ya pasó, se acabó;
ya no duele pensar en tus labios,
no importa el daño ni la soledad.
Nunca más...
Cerré la herida y aunque tuve miedo,
aprendí a vivir sin ti;
y se asoma el recuerdo, lo entierro en mi cama;
nada queda que recordar.
Terminó, se alejó;
hoy no hay huellas de aquella tormenta,
y me di cuenta que sigue la vida;
tan solo aquí terminas tú.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de faltar el aire sin aliento, darle fin a esta locura;
a pesar del viento frío y del silencio junto a mí,
ahora me siento más viva.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de que vale darle el susto al corazón cuando amanece,
de qué sirve abrir la herida y enfrentarme un día más,
para marcharte sin despedida.
Cerré la herida y aunque tuve miedo,
aprendí a vivir sin ti;
y se asoma el recuerdo, lo entierro en mi cama;
nada queda que recordar.
Terminó, se alejó;
hoy no hay huellas de aquella tormenta,
y me di cuenta que sigue la vida;
tan solo aquí terminas tú.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de faltar el aire sin aliento, darle fin a esta locura;
a pesar del viento frío y del silencio junto a mí,
ahora me siento más viva.
Me olvidé de tí, del miedo a estar sin tí otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de que vale darle el susto al corazón cuando amanece,
de qué sirve abrir la herida y enfrentarme un día más,
para marchar sin despedida.
Me olvidé de tí, de que no estas y que otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de faltar el aire sin aliento, darle fin a esta locura;
a pesar del viento frío y del silencio junto a mí,
ahora me siento más viva.
Me olvidé de tí, de que no estas y que otro día;
de mis dudas, mis recuerdos,
de partir en dos mi vida;
de que vale darle el susto al corazón cuando amanece...