Con la venganza entre mis dedos, sabor amargo.
¿Quién necesita del consuelo de un mismo Dios?
Sabemos cuál es nuestra c**pa, bandera y timón
de un barco que se hunde
Dentro del mar viré, con la marcha de la desolación.
En mi cara y en mi pecho, el látigo de la humillación.
Encadenado, como un perro en el portón.
De tus pecados, siempre esclavo y servidor...
Con una mañana por delante, futuro incierto.
Con mil promesas en el aire, que no c**plirá.
Va amontonando sus fracasos en el desván de los sueños rotos.
Dentro del mar viré, con la marca de la desolación.
En mi cara y en mi pecho, el látigo de la humillación.
Encadenado, como un perro en el portón.
De tus pecados, siempre esclavo y servidor...
Aprender a vivir sin miedo, con valor.
Lanzar la moneda al aire, a cara o cruz.
Tocar y rozar el suelo sin caer, pues soy esclavo de la razón.
Tus manos manchadas empujan el látigo de la humillación.
Encadenado, como un perro en el portón.
De tus pecados, siempre esclavo y servidor...
Aprender a vivir sin miedo, con valor.
Lanzar la moneda al aire, a cara o cruz.
Tocar y rozar el suelo sin caer, pues soy esclavo de la razón.
¿Quién necesita del consuelo de un mismo Dios?
Sabemos cuál es nuestra c**pa, bandera y timón
de un barco que se hunde
Dentro del mar viré, con la marcha de la desolación.
En mi cara y en mi pecho, el látigo de la humillación.
Encadenado, como un perro en el portón.
De tus pecados, siempre esclavo y servidor...
Con una mañana por delante, futuro incierto.
Con mil promesas en el aire, que no c**plirá.
Va amontonando sus fracasos en el desván de los sueños rotos.
Dentro del mar viré, con la marca de la desolación.
En mi cara y en mi pecho, el látigo de la humillación.
Encadenado, como un perro en el portón.
De tus pecados, siempre esclavo y servidor...
Aprender a vivir sin miedo, con valor.
Lanzar la moneda al aire, a cara o cruz.
Tocar y rozar el suelo sin caer, pues soy esclavo de la razón.
Tus manos manchadas empujan el látigo de la humillación.
Encadenado, como un perro en el portón.
De tus pecados, siempre esclavo y servidor...
Aprender a vivir sin miedo, con valor.
Lanzar la moneda al aire, a cara o cruz.
Tocar y rozar el suelo sin caer, pues soy esclavo de la razón.