Cuando mirando hacia el cielo
el destierro es el presente
como el mapa sin regreso
de un exilio incongruente.
Cuando el camino es dolor
horizonte sin memoria
como pájaro atrapado
en el robo de su historia.
Cuando el recuerdo se opaca
con palabras innombrables
como huellas despojadas
de otros tiempos insondables.
Cuando encuentro cicatrices
de otras eternidades
surgen signos imprecisos
que producen tempestades.
Cuando huyen las señales
en oleajes desolados
como estrellas repetidas
como espejos españados.
Cuando crece en mi garganta
la soldedad de esta vida
como un muro enmarañado
impidiendo la salida.
Al contemplar las estrellas
mi corazón desangrado
recupera con nostalgia
vestigios de su pasado.
Ya no existen más recuerdos
de lo que fuera mi hogar
como las barcas sin rumbo
que se pierden en el mar.
Cuando anochecen las aguas
de mis ojos caudalosos
como planetas cansados
que giran sin reposo.
Entonces en mi interior
se abre de nuevo la herida
como torrente agitado
que apresura la caída.
Pues mi espíritu sufrió
desarraigo tan fatal
como lágrimas de hielo
que derrite el vendaval.
Desterrado en este mundo
Abandonado a mi suerte
Tan lejos de mi morada
Que no me asalte la muerte.
el destierro es el presente
como el mapa sin regreso
de un exilio incongruente.
Cuando el camino es dolor
horizonte sin memoria
como pájaro atrapado
en el robo de su historia.
Cuando el recuerdo se opaca
con palabras innombrables
como huellas despojadas
de otros tiempos insondables.
Cuando encuentro cicatrices
de otras eternidades
surgen signos imprecisos
que producen tempestades.
Cuando huyen las señales
en oleajes desolados
como estrellas repetidas
como espejos españados.
Cuando crece en mi garganta
la soldedad de esta vida
como un muro enmarañado
impidiendo la salida.
Al contemplar las estrellas
mi corazón desangrado
recupera con nostalgia
vestigios de su pasado.
Ya no existen más recuerdos
de lo que fuera mi hogar
como las barcas sin rumbo
que se pierden en el mar.
Cuando anochecen las aguas
de mis ojos caudalosos
como planetas cansados
que giran sin reposo.
Entonces en mi interior
se abre de nuevo la herida
como torrente agitado
que apresura la caída.
Pues mi espíritu sufrió
desarraigo tan fatal
como lágrimas de hielo
que derrite el vendaval.
Desterrado en este mundo
Abandonado a mi suerte
Tan lejos de mi morada
Que no me asalte la muerte.