Duerme Femés
y en el silencio
sólo los ladridos de los perros.
Nada se ve,
solo las sombras
saben la verdad de las historias.
Nada se podía comparar a esa mujer,
Mararía, María, Mararía...
Nada florece,
todo se esconde.
Sólo lava y sol cuando amanece.
Duerme Femés,
se para el tiempo
y el dolor te quema como el fuego.
Nada se podía comparar a esa mujer,
Mararía, María, Mararía,
Mararía, María, María...
Arde Femés
y un grito rompe
las aguas tranquilas de la noche.
El animal
duerme y descansa
hasta que la rabia se desata.
Nada se podía comparar a esa mujer,
Mararía, María, Mararía,
Mararía, Mararía, Mararía,
Mararía, María, Mararía...
y en el silencio
sólo los ladridos de los perros.
Nada se ve,
solo las sombras
saben la verdad de las historias.
Nada se podía comparar a esa mujer,
Mararía, María, Mararía...
Nada florece,
todo se esconde.
Sólo lava y sol cuando amanece.
Duerme Femés,
se para el tiempo
y el dolor te quema como el fuego.
Nada se podía comparar a esa mujer,
Mararía, María, Mararía,
Mararía, María, María...
Arde Femés
y un grito rompe
las aguas tranquilas de la noche.
El animal
duerme y descansa
hasta que la rabia se desata.
Nada se podía comparar a esa mujer,
Mararía, María, Mararía,
Mararía, Mararía, Mararía,
Mararía, María, Mararía...