He venido porque en mi tierra natal las cosas van mal,
la violencia y la pobreza avanzan a un ritmo mortal,
tuve que salir, buscarme un porvenir,
resurgir, resistir y conseguir sobrevivir.
La quimera de cruzar el estrecho en patera,
mientras la guardia costera espera en vela para atraparte,
la odisea de cruzar la esfera entera,
sin destino ni cartera yendo hacia ninguna parte.
Voluntad, sacrificio, de edificio en edificio,
voy en busca de un oficio, al borde del precipicio estoy,
un trabajo que me saque de aquí abajo,
darle a mis hijos cobijo, demostrarles quién soy.
Me peleo con sus ganas y con su hipocresía,
me peleo cada día con su ley de extranjería,
me peleo contra aquellos que sienten mi raza como una amenaza,
esos que meten baza y me rechazan.
Tú no eres más que yo, no eres más que yo,
así es mi lucha y cuando mi jefe me explota, ¿quién me escucha?,
sin papeles no hay trabajo y sin trabajo no hay papeles,
espirales traña y España me atrapó en sus redes.
¿Qué puedo hacer?, respiro desesperanza,
malvivo en un zulo oscuro porque mi alquiler no alcanza,
acudo al locutorio a diario, ese es mi deber,
saber como estan los míos, que tendrán para comer.
Algunos patriotas idiotas me tratan cual bestia,
abuso encubierto, al uso del intruso que es molestia,
vuelve a la selva negro, éste no es tu pueblo,
extranjero forastero sin dinero y no me integro.
El paisaje gris de mi país me obligó a huir,
haciendo trabajos sucios para así no delinquir,
nostalgia de una infancia que es historia,
en mi memoria un ayer tan lejano que no volveré a vivir.
El error de ser colombiano, subsahariano, rumano,
el temor de ver que pocos tienden su mano,
miedo a mi piel, miedo a mi ser y a mis costumbres,
ver que rezo en otra lengua, les irrita y les confunde.
Y a quién le incumbe si me aparto y no me adapto,
al rapto repentino del rico país vecino, solo pacto,
comparto en mi comunidad mis bienes, mis males,
frustraciones y alegrías, tradiciones ancestrales.
(De todas formas España no es un país racista),
pero mi nombre está en la lista y algunos me siguen la pista,
¿hasta cuándo esta marginación?,
mi diferencia es una excusa y la usan como razón de opresión.
Tengo documentación tras meses de adaptación,
tras aprender vuestro idioma y una profesión,
estudiaré vuestra c**tura, aprenderé sus detalles,
y me quedaré en España, si me dejan vuestras calles.
Si tus calles me acogen, me quedaré. Compartiré mis costumbres y hasta el color de mi piel.
Si tus calles me odian, aquí estaré. Vine para quedarme, así que acostúmbrate.
la violencia y la pobreza avanzan a un ritmo mortal,
tuve que salir, buscarme un porvenir,
resurgir, resistir y conseguir sobrevivir.
La quimera de cruzar el estrecho en patera,
mientras la guardia costera espera en vela para atraparte,
la odisea de cruzar la esfera entera,
sin destino ni cartera yendo hacia ninguna parte.
Voluntad, sacrificio, de edificio en edificio,
voy en busca de un oficio, al borde del precipicio estoy,
un trabajo que me saque de aquí abajo,
darle a mis hijos cobijo, demostrarles quién soy.
Me peleo con sus ganas y con su hipocresía,
me peleo cada día con su ley de extranjería,
me peleo contra aquellos que sienten mi raza como una amenaza,
esos que meten baza y me rechazan.
Tú no eres más que yo, no eres más que yo,
así es mi lucha y cuando mi jefe me explota, ¿quién me escucha?,
sin papeles no hay trabajo y sin trabajo no hay papeles,
espirales traña y España me atrapó en sus redes.
¿Qué puedo hacer?, respiro desesperanza,
malvivo en un zulo oscuro porque mi alquiler no alcanza,
acudo al locutorio a diario, ese es mi deber,
saber como estan los míos, que tendrán para comer.
Algunos patriotas idiotas me tratan cual bestia,
abuso encubierto, al uso del intruso que es molestia,
vuelve a la selva negro, éste no es tu pueblo,
extranjero forastero sin dinero y no me integro.
El paisaje gris de mi país me obligó a huir,
haciendo trabajos sucios para así no delinquir,
nostalgia de una infancia que es historia,
en mi memoria un ayer tan lejano que no volveré a vivir.
El error de ser colombiano, subsahariano, rumano,
el temor de ver que pocos tienden su mano,
miedo a mi piel, miedo a mi ser y a mis costumbres,
ver que rezo en otra lengua, les irrita y les confunde.
Y a quién le incumbe si me aparto y no me adapto,
al rapto repentino del rico país vecino, solo pacto,
comparto en mi comunidad mis bienes, mis males,
frustraciones y alegrías, tradiciones ancestrales.
(De todas formas España no es un país racista),
pero mi nombre está en la lista y algunos me siguen la pista,
¿hasta cuándo esta marginación?,
mi diferencia es una excusa y la usan como razón de opresión.
Tengo documentación tras meses de adaptación,
tras aprender vuestro idioma y una profesión,
estudiaré vuestra c**tura, aprenderé sus detalles,
y me quedaré en España, si me dejan vuestras calles.
Si tus calles me acogen, me quedaré. Compartiré mis costumbres y hasta el color de mi piel.
Si tus calles me odian, aquí estaré. Vine para quedarme, así que acostúmbrate.