Cuando desangra el cansancio
su noche de ausencia por la inmensidad
grita tu caja, zafrero,
gimiendo vidala por la que no está.
Oigo morder los machetes,
el anca lonjeada del cañaveral;
así te muerde la escarcha
de aquella nostalgia en la soledad.
En un lomo de guitarra
como pañuelo zambero
viene lloviendo mi canto
por tu tristeza, zafrero.
Canta un llamear de malojas
el agrio misterio de tu desazón,
quieto manchón de trapiche,
le aprietan el pecho tu sueño de sol.
Duerme la luna en el surco,
el alba le espera nublada de alcohol,
vuelve emponchada de frío
tu vida, zafrero, la caña secó.
su noche de ausencia por la inmensidad
grita tu caja, zafrero,
gimiendo vidala por la que no está.
Oigo morder los machetes,
el anca lonjeada del cañaveral;
así te muerde la escarcha
de aquella nostalgia en la soledad.
En un lomo de guitarra
como pañuelo zambero
viene lloviendo mi canto
por tu tristeza, zafrero.
Canta un llamear de malojas
el agrio misterio de tu desazón,
quieto manchón de trapiche,
le aprietan el pecho tu sueño de sol.
Duerme la luna en el surco,
el alba le espera nublada de alcohol,
vuelve emponchada de frío
tu vida, zafrero, la caña secó.