De tanto quemar las palabras
la voz se hace llama,
el viento no apaga la hoguera,
la ayuda a que crezca.
De tanto matar la esperanza,
la fe se hace espada.
El cuerpo que arrastra cadenas
se arrecia con ellas.
la voz se hace llama,
el viento no apaga la hoguera,
la ayuda a que crezca.
De tanto matar la esperanza,
la fe se hace espada.
El cuerpo que arrastra cadenas
se arrecia con ellas.