La sangre aún me hierve
cuando pienso en mi mala suerte.
Y cuando me levanto
en el jergón os maldigo.
A este lado de la puerta
llegaban tus cartas ya abiertas.
Yo las necesito tanto
en el jergón, Y no llegan
Y sin ellas dime,
dime qué me queda.
Sigo hablando con las nubes
Ellas me enseñan lo que tuve.
Y esto que no me sube
Desde el jergón os maldigo
porque Dios se pasó,
se pasó conmigo.
Y no será
que ahora te aburres
y que te escurres
y no quieres esperar,
no quieres esperar...
La sangre aún me hierve
cuando pienso en mi mala suerte.
Y cuando me levanto
en el jergón os maldigo
porque Dios se pasó,
se pasó conmigo.
Y no será
que ahora te aburres
y que te escurres
y no quieres esperar.
Y no será
que ahora te aburres
y que te escurres
y no quieres esperar,
no quieres esperar...
cuando pienso en mi mala suerte.
Y cuando me levanto
en el jergón os maldigo.
A este lado de la puerta
llegaban tus cartas ya abiertas.
Yo las necesito tanto
en el jergón, Y no llegan
Y sin ellas dime,
dime qué me queda.
Sigo hablando con las nubes
Ellas me enseñan lo que tuve.
Y esto que no me sube
Desde el jergón os maldigo
porque Dios se pasó,
se pasó conmigo.
Y no será
que ahora te aburres
y que te escurres
y no quieres esperar,
no quieres esperar...
La sangre aún me hierve
cuando pienso en mi mala suerte.
Y cuando me levanto
en el jergón os maldigo
porque Dios se pasó,
se pasó conmigo.
Y no será
que ahora te aburres
y que te escurres
y no quieres esperar.
Y no será
que ahora te aburres
y que te escurres
y no quieres esperar,
no quieres esperar...