Aunque me duerma en la hoguera,
aunque me pudra en la trena que yo mismo construí,
no quiero verte así,
yo no puedo verte más sufrir.
Aunque abandere la pena,
aunque me partan la cara por no callar cuando debí,
no quiero verte así,
yo no puedo verte más sufrir.
Que rescaten del abismo de este huérfano interior,
las historias que me cuentan que no entiendo más que yo.
Y que callen los cobardes, y que levanten la voz,
los que nacen cuando cambian porque viran el timón.
Aunque mi sangre sea arena,
y no merezca la pena llorar por lo que un día fui,
no quiero verte así,
yo no puedo verte más sufrir.
Que rescaten del abismo de este huérfano interior,
las historias que me cuentan que no entiendo más que yo.
Y que callen los cobardes, los cobardes como yo,
y que hablen los que cambian porque viran el timón.
Ya he pagado lo que tuve, ya entregué mi rendición,
ya volaron las mentiras que guardaba en un cajón
con la llave del anhelo de cuanto pude ser yo,
de los tiempos que he quemado porque no tuve el valor.
aunque me pudra en la trena que yo mismo construí,
no quiero verte así,
yo no puedo verte más sufrir.
Aunque abandere la pena,
aunque me partan la cara por no callar cuando debí,
no quiero verte así,
yo no puedo verte más sufrir.
Que rescaten del abismo de este huérfano interior,
las historias que me cuentan que no entiendo más que yo.
Y que callen los cobardes, y que levanten la voz,
los que nacen cuando cambian porque viran el timón.
Aunque mi sangre sea arena,
y no merezca la pena llorar por lo que un día fui,
no quiero verte así,
yo no puedo verte más sufrir.
Que rescaten del abismo de este huérfano interior,
las historias que me cuentan que no entiendo más que yo.
Y que callen los cobardes, los cobardes como yo,
y que hablen los que cambian porque viran el timón.
Ya he pagado lo que tuve, ya entregué mi rendición,
ya volaron las mentiras que guardaba en un cajón
con la llave del anhelo de cuanto pude ser yo,
de los tiempos que he quemado porque no tuve el valor.