El muro de la ignorancia que nos aísla no puede callarnos una vez más y los falsos cristales que todo deforman están mucho más cerca de quebrar.
El acoso despiadado siempre es invisible y seguiréis teniendo a quién engañar, los que corren a ciegar dentro del ruido de cualquier patética ciudad.
Éste es el límite de la humanidad, ahora es el momento de asumir nuestras propias batallas y dejar de coger estúpidas banderas que no significan nada, de por fin mirar de frente a la adversidad. (Porque) este es el infierno, la realidad de vuestas macabras promesas de un mundo feliz.
El acoso despiadado siempre es invisible y seguiréis teniendo a quién engañar, los que corren a ciegar dentro del ruido de cualquier patética ciudad.
Éste es el límite de la humanidad, ahora es el momento de asumir nuestras propias batallas y dejar de coger estúpidas banderas que no significan nada, de por fin mirar de frente a la adversidad. (Porque) este es el infierno, la realidad de vuestas macabras promesas de un mundo feliz.