Letra: Enrique Cadicamo
Música: Aníbal Troilo
Año: 1926
Qué noche llena de hastío y de frío!
El viento trae un extraño lamento
Parece un trozo de sombra,la noche;
y yo en las sombras camino muy lento.
Mientras tanto la garúa
se acentúa con sus púas
en mi corazón...
En esta noche tan fría y tan mía
pensando siempre en lo mismo me abismo;
y aunque quiera yo arrancarla
desecharla
y olvidarla,
la recuerdo más....
Garúa...
Solo y triste por la acera
va este corazón transido
con tristeza de tapera...
Sintiendo tu hielo
porque aquella con su olvido
hoy le ha abierto una gotera...
Perdido solo
como un duende que en la sombra
mas la busca y mas la nombra
Garúa..
Tristeza...
¡Hasta el cielo se ha puesto a llorar!
Qué noche tan llena de frío y hastío.
No se ve a nadie cruzar por la esquina.
Sobre la calle, la hilera de focos
l***ra el asfalto con luz mortecina.
Y yo voy como un descarte,
siempre solo,
siempre aparte,
recordantote...
Las gotas caen en el charco de mi alma;
hasta los huesos, calado y helado.
Y humillando este tormento
todavía pasa el viento
empujándome...
Música: Aníbal Troilo
Año: 1926
Qué noche llena de hastío y de frío!
El viento trae un extraño lamento
Parece un trozo de sombra,la noche;
y yo en las sombras camino muy lento.
Mientras tanto la garúa
se acentúa con sus púas
en mi corazón...
En esta noche tan fría y tan mía
pensando siempre en lo mismo me abismo;
y aunque quiera yo arrancarla
desecharla
y olvidarla,
la recuerdo más....
Garúa...
Solo y triste por la acera
va este corazón transido
con tristeza de tapera...
Sintiendo tu hielo
porque aquella con su olvido
hoy le ha abierto una gotera...
Perdido solo
como un duende que en la sombra
mas la busca y mas la nombra
Garúa..
Tristeza...
¡Hasta el cielo se ha puesto a llorar!
Qué noche tan llena de frío y hastío.
No se ve a nadie cruzar por la esquina.
Sobre la calle, la hilera de focos
l***ra el asfalto con luz mortecina.
Y yo voy como un descarte,
siempre solo,
siempre aparte,
recordantote...
Las gotas caen en el charco de mi alma;
hasta los huesos, calado y helado.
Y humillando este tormento
todavía pasa el viento
empujándome...