Añoro todo aquello que no tuve, lo que tuve retuve y eso no me lo quita nadie.
Añoro solamente lo que no vi ni en pintura, lo que no quise que ocurriera,
lo que olvidé por desidia, lo que no escuché por ciego;
echo de menos, me hace falta lo que no viví ni en sueños.
Añoro, por ejemplo, no haberme follado a Marta,
pensando mientras tanto que me follaba a su hermana.
Y añoro a esa muchacha que jamás he conocido
y que espera ansiosamente el amor mío.
Y esa rayita y esa pastillita, que no tomé contigo aquella noche.
Me duelen los recuerdos por no haberte conocido,
ni amado ni violado en un confesionario.
Quién pudiera haber gozado de la luna y de tus besos,
en aquel acantilado dentro de un Cadillac rojo.
Y por cierto, se me olvidaba decir, se me olvidaba decir,
lo que te vine a pedir:
¿si quieres bailar conmigo esa canción tan bonita?
Aún no existe todavía pero es mi canción preferida.
Estoy triste voy de luto como si se hubieran muerto
esos seres tan queridos que fueron mis enemigos.
Me duele la cabeza, no me quito esa resaca
ayer me quedé en casa no tomé ni una copita;
tampoco maté a nadie y eso que hay quien lo merece,
por pereza o por cobarde, nunca quise o nunca pude.
Y añoro esos zapatos que no tuve,
mis pies pisan descalzos pues yo siempre ando desnudo.
Y eso que nunca me pinté con purpurina todo el cuerpo,
ni me subí a ese campanario pa' gritarle al sol y al viento:
¡me cago en la madre que parió a esos mamones, xixarel·los
que me están chingando la existencia!
Y añoro no haber muerto cada día,
cuando llegue la muerte yo no sabré qué hacer con ella.
A lo mejor la palmo y resucito siendo un cerdo,
me olvido de que existo y así no echaré nada de menos.
Engordaré deprisa en el corral de las mentiras,
comeré lo que me echen como cualquier cerdo bueno,
hasta que un día el granjero se me lleve al matadero
y convierta en embutidos mis recuerdos más grasientos.
Entonces piensa en mí, recuérdame amor mío,
cada vez que te tomes una tapita de chorizo.
Añoro solamente lo que no vi ni en pintura, lo que no quise que ocurriera,
lo que olvidé por desidia, lo que no escuché por ciego;
echo de menos, me hace falta lo que no viví ni en sueños.
Añoro, por ejemplo, no haberme follado a Marta,
pensando mientras tanto que me follaba a su hermana.
Y añoro a esa muchacha que jamás he conocido
y que espera ansiosamente el amor mío.
Y esa rayita y esa pastillita, que no tomé contigo aquella noche.
Me duelen los recuerdos por no haberte conocido,
ni amado ni violado en un confesionario.
Quién pudiera haber gozado de la luna y de tus besos,
en aquel acantilado dentro de un Cadillac rojo.
Y por cierto, se me olvidaba decir, se me olvidaba decir,
lo que te vine a pedir:
¿si quieres bailar conmigo esa canción tan bonita?
Aún no existe todavía pero es mi canción preferida.
Estoy triste voy de luto como si se hubieran muerto
esos seres tan queridos que fueron mis enemigos.
Me duele la cabeza, no me quito esa resaca
ayer me quedé en casa no tomé ni una copita;
tampoco maté a nadie y eso que hay quien lo merece,
por pereza o por cobarde, nunca quise o nunca pude.
Y añoro esos zapatos que no tuve,
mis pies pisan descalzos pues yo siempre ando desnudo.
Y eso que nunca me pinté con purpurina todo el cuerpo,
ni me subí a ese campanario pa' gritarle al sol y al viento:
¡me cago en la madre que parió a esos mamones, xixarel·los
que me están chingando la existencia!
Y añoro no haber muerto cada día,
cuando llegue la muerte yo no sabré qué hacer con ella.
A lo mejor la palmo y resucito siendo un cerdo,
me olvido de que existo y así no echaré nada de menos.
Engordaré deprisa en el corral de las mentiras,
comeré lo que me echen como cualquier cerdo bueno,
hasta que un día el granjero se me lleve al matadero
y convierta en embutidos mis recuerdos más grasientos.
Entonces piensa en mí, recuérdame amor mío,
cada vez que te tomes una tapita de chorizo.