He rodao como bolita de purrete arrabalero,
y estoy fulero y cachuzo por los golpes, ¡qué querés!
Cuántas veces con un cuatro a un envido dije "quiero"
y otra vez me fui a baraja teniendo las treinta y tres.
Te conocí cuando entraba a fallarme la carpeta,
me ganaste con bondades poco a poco el corazón.
El hombre es como el caballo: cuando ha llegado a la meta
afloja el tren de carrera y se hace manso y sobón..
Vos sos buena, no te cabe ni un reproche,
y sos para mí una amiga desinteresada y leal,
una estrella en lo triste de mi noche,
una máscara de risa en mi pobre carnaval.
Vos me torciste la vida, te pusiste en mi camino
para alumbrarme con risas, con amor y con placer.
Y entré a quererte por esa ley del destino,
sin darme cuenta que estaba ya viejo para querer.
Viejo... porque tengo miedo que me sobrés en malicia,
viejo... porque desconfío que me querés amurar;
porque me estoy dando cuenta que fue mi vida ficticia,
y porque tengo otro modo de ver y filosofar.
Sin embargo todavía, si me cuadra y apuran,
puedo mostrarle a cualquiera que sé hacerme respetar.
Te quiero como a mi madre, pero me sobre bravura
p' hacerte saltar p' arriba cuando me entrés a fallar.
y estoy fulero y cachuzo por los golpes, ¡qué querés!
Cuántas veces con un cuatro a un envido dije "quiero"
y otra vez me fui a baraja teniendo las treinta y tres.
Te conocí cuando entraba a fallarme la carpeta,
me ganaste con bondades poco a poco el corazón.
El hombre es como el caballo: cuando ha llegado a la meta
afloja el tren de carrera y se hace manso y sobón..
Vos sos buena, no te cabe ni un reproche,
y sos para mí una amiga desinteresada y leal,
una estrella en lo triste de mi noche,
una máscara de risa en mi pobre carnaval.
Vos me torciste la vida, te pusiste en mi camino
para alumbrarme con risas, con amor y con placer.
Y entré a quererte por esa ley del destino,
sin darme cuenta que estaba ya viejo para querer.
Viejo... porque tengo miedo que me sobrés en malicia,
viejo... porque desconfío que me querés amurar;
porque me estoy dando cuenta que fue mi vida ficticia,
y porque tengo otro modo de ver y filosofar.
Sin embargo todavía, si me cuadra y apuran,
puedo mostrarle a cualquiera que sé hacerme respetar.
Te quiero como a mi madre, pero me sobre bravura
p' hacerte saltar p' arriba cuando me entrés a fallar.